miércoles, 9 de noviembre de 2011

"EL DESTINO", un tío poco serio

Seguro que todos alguna vez hemos oído las frases: no hay mal que por bien no venga, todo pasa, los problemas nos refuerzan, tienes que ser optimista, detrás de esto hay un aprendizaje..., bla bla bla, y mientras que todo eso NO pasa ¿que ocurre con nuestro cuerpo, con nuestra mente, nuestras relaciones?, creo que en los últimos tiempos hemos dejado de ser realistas, para ser unos hipócritas que nos ocultamos detrás de un montón de falsas premisas que muy lejos de ayudar nos hunden día a día. Una noche nos acostamos autoconvenciendonos de que mañana sera mejor que hoy, que ya no puede pasarnos nada peor y cuando comienza a transcurrir el día nos damos cuenta que ningunas de las expectativas que nos habíamos hechos se cumplen, entonces, ¿es sano ser optimista?, no es que sea fatalista, pero ¿no seria mejor aceptar lo que pasa? y aceptar la posibilidad de que nada se arregle y posiblemente todo vaya a peor, con ello no significa que dejemos de luchar para superar las adversidades, pero siempre teniendo presente todas las opciones de lo que pueda ocurrir.

Cada vez que sometemos a nuestro cuerpo a un estado de estrés, activamos un monton de reacciones fisiológicas que secretan gran cantidad de sustancias que ponen a nuestro cuerpo de forma natural en alerta frente a un posible riesgo, pero cuando esto ocurre una y otra vez por un tiempo prolongado, se convierte en crónico y muchas veces en patológico, entonces, ¿porque tenemos que dar gusto al fulano Sr. Destino (que no es Sr. ni es na)?. Es ahora cuando citaría las palabras de mi conocida profe de Lengua (10 años menor que yo pero muy lista)"Con los pies en la tierra aunque pise barro y mierda" Noelia.

Luchemos, peleemos, breguemos, caigamos, lloremos, suframos,hagamos lo humano y lo divino por resolver nuestros conflictos pero siempre siempre seamos realistas, pensemos y preparemosno para cualquier opción, buena, regular, mala, pero no creemos castillos en el aire, porque sin darnos cuenta exponemos a nuestro único templo, a nuestro cuerpo, que es lo verdaderamente importante en este corto paseo, porque sin él, no podemos querer, no podemos amar, no podemos procrear, no podemos desear o ser deseados, soñar o desilusionarnos.

Luchemos todos contra el infame Sr. Destino, plantemosle cara, miradle a la cara y con pose firme digamosle: sé lo que puedes hacer con mi vida, pero estoy preparado para lo que sea, puede que lo que me pase me haga feliz o me deprima, pero no me pillaras desprevenido y siempre, siempre, siempre, tengo la opción de vivir, pero vivir sano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario